La iniciativa —considerada una de las más importantes en conservación de ecosistemas del departamento— fue desarrollada en seis veredas que históricamente han sufrido los efectos de la falta de agua en periodos críticos. La inversión supera los $3.700 millones y beneficia seis veredas de Paz de Ariporo.




Tecnología y reforestación para salvar la vida silvestre
Con una inversión de 3.700 millones de pesos, el proyecto intervino 26 puntos críticos mediante la instalación de pozos profundos con sistemas de bombeo solar, la construcción de abrevaderos de gran capacidad y la siembra de más de 14.000 árboles en un área de 13 hectáreas.
Las obras permiten mantener fuentes de agua disponibles para especies como chigüiros, venados, aves, peces y cerdos de monte, cuya supervivencia se ve gravemente comprometida durante los episodios de sequía prolongada.
Una deuda ambiental desde 2014
El director de Gestión del Riesgo, Guillermo Velandia, explicó que este proyecto venía siendo postergado desde hace casi una década.
“Esta es una problemática que se originó en 2014, cuando una sequía severa provocó la muerte de miles de animales. Desde entonces se hablaba de soluciones, pero no se ejecutaba nada. Esta vez hubo voluntad política, asignación de recursos y gestión técnica para hacerlo realidad”, afirmó.
Además de las nuevas estructuras hidráulicas, también se rehabilitaron 13 abrevaderos construidos durante la emergencia de hace diez años, los cuales fueron modernizados con sistemas solares de bombeo para garantizar su operatividad a largo plazo.
Veredas beneficiadas y voces del territorio
Las comunidades favorecidas corresponden a las veredas Caño Chiquito, Centro Gaitán, La Libertad, El Caribe, Normandía y Agua Verde.
Para los habitantes, la obra no solo representa un alivio ambiental, sino también un aporte a su sostenibilidad. Así lo expresó Antonio Gama, campesino de la vereda El Caribe:
“Esto no solo salva a los animales, sino que también beneficia a toda la comunidad. Ojalá se replique en otras zonas con necesidades similares”.
Un modelo para otras regiones del país
Con la culminación de este proyecto, Casanare se posiciona como referente nacional en acciones para mitigar el impacto de eventos climáticos extremos sobre la biodiversidad, mediante soluciones tecnológicas adaptadas a las realidades del territorio.